La temperatura óptima del motor de un coche se suele decir que está entre los 80 y los 110 ºC. Se trata de un factor a tener muy en cuenta, ya que conducir a gran velocidad en frío es perjudicial para la mecánica del vehículo.
Generalmente, se recomienda empezar con una circulación lenta antes de exigir un gran esfuerzo al motor para que tenga tiempo a calentarse y no sufra ningún daño. Ese tiempo suele ser de unos 15 minutos tras arrancar, así que si la temperatura todavía no llega a los 90 ºC, suele ser indicador de que existe algún fallo. Aun así, que vaya más o menos rápido también depende de la temperatura externa y del tipo de motor.
A continuación te explicamos cuál suele ser el problema que hay detrás de que la temperatura del coche no suba suficiente y qué solución existe.
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¿Por qué la temperatura del coche baja o no sube?
El motivo por el que la temperatura del vehículo no llega al valor fijado por el fabricante, suele tratarse de un problema en el termostato.
Normalmente, lo que provoca este problema es que el termostato del radiador se queda abierto, lo que supone que se conecta el circuito de refrigerante general, incluso llevando a un permanente encendido del ventilador. Una avería en el termostato también puede provocar que la temperatura del coche baje repentinamente en carretera.
En caso que sea la calefacción la que no expulse aire caliente, el problema también se encuentra en el sistema de refrigeración, que funciona a través del radiador del habitáculo. Éste acumula el calor producido por el propio motor y lo expulsa hacia el interior del habitáculo. Si el termostato se queda atascado en abierto, el motor no se calentará lo suficiente y el radiador del habitáculo no enviará aire caliente hacia el interior.
En caso de que el termostato quede siempre cerrado incluso puede provocar que suba más rápido de lo normal. Si ocurre un sobrecalentamiento, el peligro es mayor, ya que la temperatura del refrigerante también se eleva a mucha velocidad.
¿Cómo solucionar este problema de temperatura del coche?
En primer lugar, si notas que la temperatura de tu coche es más baja de lo normal, lo más recomendable es intentar circular durante un buen rato a baja velocidad para que se caliente el motor. Como hemos comentado anteriormente, circular a alta velocidad con el motor frío puede ser perjudicial para la mecánica.
Si la temperatura del coche sigue sin subir, lo más recomendable es parar la marcha y llevar el coche al taller. En Norauto encontrarás recambios de termostatos y sondas de temperatura que se adaptan a tu coche con tan solo introducir la matrícula o la marca y el modelo.
Todavía es más importante detener el vehículo si la temperatura se eleva demasiado, ya que te estarías arriesgando a una rotura de los componentes del motor, como un manguito o una junta de la culata. No te arriesgues y pide cita en tu taller más cercano.