Un buen mantenimiento de la bicicleta es de vital importancia para practicar y disfrutar bien de este deporte de la mejor manera posible. Pero después de un invierno duro, es posible que lleves un tiempo sin sacarla de casa. Vuelven las salidas y, aunque también es importante saber cómo llevarla de manera óptima, debemos tener en cuenta otros factores. Por ello, es conveniente revisarla primero con detalle. Si quieres saber cómo ponerla a punto, no te pierdas los siguientes apartados.
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Consejos para el mantenimiento de la bicicleta
Antes de salir con tu bici, es preciso revisarla con la intención de verificar que todo está en su sitio. El tiempo no pasa en balde y sus componentes se irán degradando poco a poco. Si no la usas con asiduidad, es posible que acabes sufriendo un percance por no cuidarla como es debido. Gracias a los consejos que encontrarás a continuación, responderás a la pregunta de qué mantenimiento dar a la bici.
La presión de los neumáticos
Las ruedas pueden perder presión si no has usado la bici en varios meses. Al montarte y avanzar unos metros, te darás cuenta de que no están como deberían. Para evitar llegar a dicha situación, procura que los valores de los neumáticos se mantengan en un rango adecuado. En el caso de los tubeless, es recomendable que oscilen entre 1.3 y 1.7 bares. Si llevan cámara de presión, el rango ideal es de 1.8 a 2.2.
Limpieza de la bicicleta
Pese a que no tienes que limpiarla antes de cada salida, es importante realizar unos cuidados mínimos. El polvo se irá acumulando con el tiempo y causará problemas. Eso es lo que ocurrirá si no le prestas la debida atención a las suspensiones, por ejemplo. En muchos casos, solo vas a necesitar pasar un trapo ligeramente húmedo, pero en otros hay que esforzarse más.
Si buscas una limpieza exhaustiva, existen productos específicos que hidratan los retenes de la bici, por poner un ejemplo. Sin embargo, una forma sencilla de eliminar cualquier suciedad es recurrir al chorro de agua de una manguera. Su presión es suficiente como para retirar el barro y el polvo acumulado. En caso de no disponer de la herramienta mencionada en casa, siempre tienes la posibilidad de acudir a una gasolinera.
Eso sí, la presión del agua en los centros de lavado suele ser alta, por lo que es recomendable que mantengas una mínima separación. Se trata de evitar que las piezas más sensibles de la bici acaben dañadas. Este es el caso de los ejes de las ruedas, los pedales o las suspensiones. También puede darse la circunstancia de que el agua se introduzca en su interior y la humedad provoque su corrosión.
Comprobar los tornillos y aprietes
Los tornillos y los aprietes son elementos esenciales para la seguridad. Si no están bien fijados, es probable que acabes sufriendo un percance en medio de una travesía. Una pieza podría aflojarse y provocar una caída en el momento más inesperado. Ante esto, es necesario que prestes atención al estado de los elementos que se han mencionado.
Una forma sencilla de asegurar los aprietes pasa pon emplear una llaveAllen o Torx. Están disponibles en la mayoría de hogares y te permiten apretar a fondo. Sin embargo, es una opción que te obliga a actuar siguiendo tu intuición. Si buscas una alternativa más precisa, utiliza una llave dinamométrica para conseguir el par de apriete indicado por el fabricante.
Los tornillos también merecen una revisión detallada, en especial los siguientes:
- Los de la dirección, manillar y potencia.
- Los presentes en los discos, pinzas y manetas de freno.
- Ejes de las ruedas y las bielas.
La lubricación de la bicicleta
El mantenimiento de la bicicleta debe incluir una buena lubricación, que debes hacer tras limpiarla a fondo. Hay una serie de puntos que merecen toda tu atención. Las cadenas y las bielas son los principales, ya que requieren de aceite para su buen funcionamiento.
Cuando vayas a añadir el lubricante a las cadenas, vete cambiando de marcha. El objetivo de dicha práctica es que el aceite se distribuya por todas las velocidades. Para que el proceso sea sencillo, utiliza un caballete para bicicletas. Con él puedes levantar el vehículo sin esfuerzo y mantenerlo equilibrado mientras vas aplicando el producto en los lugares indicados.
Revisar el desgaste de las partes
El desgaste es uno de los problemas de mantenimiento de la bicicleta más importantes. Va actuando poco a poco y cabe la posibilidad de que no te des cuenta de lo que causa. Para evitar males mayores, revisa el estado del dibujo de los neumáticos, el de la cadena y el de la transmisión. Un fallo en cualquier de los tres te va a dejar tirado en medio de la carretera.
La transmisión debe disponer de una capa adecuada de grasa para reducir su desgaste y eliminar la suciedad presente. Así, estarás cuidando, de manera adicional, el plato, la propia cadena y el cassette. No obstante, échale un vistazo de tanto en tanto a dichas piezas para comprobar cómo se encuentran.
Al estar en contacto con la superficie, los neumáticos se van a ir desgastando poco a poco. Es indispensable utilizar unas ruedas en las mejores condiciones para garantizar el agarre. Cuando estés en una zona complicada o con muchas curvas, agradecerás una buena respuesta por parte de la bicicleta. Esto solo se puede conseguir con unas cubiertas bien cuidadas.
Si ves que el dibujo no se nota o que los tacos de la rueda se rompen, llega el momento de cambiarlas. Es preferible disponer de unas nuevas que de unas a punto de romperse. Tampoco es recomendable que tengan daños como grietas o perforaciones. Estos desperfectos acabarán por provocar una pérdida de presión y otros problemas de mayor gravedad.
Con un buen mantenimiento de la bicicleta, puedes disfrutar de incontables jornadas de diversión. Recuerda limpiarla cada cierto tiempo, revisa las ruedas y engrasa partes como la cadena. En Norauto realizamos el mantenimiento de tu bicicleta eléctrica. Cambio de ruedas, sensores de freno y de velocidad, controlador display, zapatas… Todo esto y mucho más en norauto.es.