Los conductores tienen más del doble de riesgo de accidente en más de la mitad de sus viajes cuando se distraen para alcanzar un objeto o manipular el GPS. Pero también conduciendo bajo estados de ánimo como enfado, tristeza o excitación, que elevan casi 10 veces el riesgo de colisión. A su vez, viajar muy por encima del límite de velocidad genera 13 veces más de riesgo, pero maquillarse o interactuar con los niños es menos peligroso de lo que se pensaba.
Son algunas de las conclusiones de una investigación realizada por expertos del Instituto de Transporte de Virginia Tech, en Estados Unidos, recogidas en un artículo de Proceedings of the National Academy of Sciences. «Son hallazgos importantes porque vemos una población más joven de conductores, en especial de adolescentes, más propensos a distraerse conduciendo», explica Tom Dingus, principal autor del estudio y director del Instituto de Transporte de Virgnia Tech.
«Nuestro análisis muestra que si no se toma ninguna medida en un futuro próximo para limitar el número de actividades de distracción en un vehículo, los que representan la nueva generación de conductores seguirán estando en mayor riesgo de accidente», asevera este investigador, que realizó el trabajo con datos del Second Strategic Highway Research Program Naturalistic Driving Study, con más de 3.500 participantes y más de 1.600 accidentes.
Los investigadores consideraron 905 accidentes de mayor gravedad que produjeron lesiones o daños, y encontraron que, en general, los factores relacionados con el conductor que incluyen fatiga, error, deterioro y distracción estuvieron presentes en casi el 90% de los siniestros.
El riesgo de usar el móvil
«Durante años hemos tenido claro que existen factores relacionados con el conductor en un alto porcentaje de los accidentes, pero es la primera vez que determinamos la medida en que estos factores contribuyen a los accidentes», dice Dingus.
Usar o intentar coger un teléfono móvil con la mano, leer o escribir en él, alcanzar otro objeto, y tocar la pantalla táctil de un dispositivo del vehículo son actividades que exigen retirar la vista de la carretera, aumentado entonces el riesgo de accidente, como describen los investigadores.
Y el riesgo se incrementa cuando se conduce enfadado, triste, llorando oemocionalmente agitado, y cuando se va a más velocidad del límite. La cosa empeora por los errores del conductor, los frenazos repentinos o inadecuados o la falta de familiarización con un vehículo o la calzada.
Los autores del trabajo determinan que factores que antes se pensaba elevaban riesgos, incluyendo maquillarse o seguir a un vehículo muy de cerca, en realidad tienen menor prevalencia, lo que significa que estaban mínimamente presentes o no figuraban en los accidentes analizados. Y encontraron que interactuar con un niño en el asiento trasero supone un efecto protector o entraña un riesgo menor que el valor del riesgo de base.