El sueño es considerado factor de riesgo y sólo en España está implicado hasta en el 30% de los accidentes de tráfico. Sin duda, dormirse al volante es uno de los mayores enemigos de todo conductor.
Y es que todos en algún momento a lo largo de nuestra vida hemos acabado cogiendo el coche si no muertos de sueño, con cierta somnolencia tras llevar varias horas al volante. La apnea empieza a hacer acto de presencia particularmente en ciertos momentos del día: a primeras horas de la mañana, de madrugada, al atardecer… y afecta a nuestra capacidad de conducir de múltiples maneras.
Entre otras, incrementa el tiempo de reacción, hace que tengamos menos concentración, aumentan las distracciones y -algo muy peligroso- hace que aparezcan los microsueños: esos periodos de apenas unos segundos en los que nos quedamos literalmente dormidos, siendo ajenos a lo que ocurre a nuestro alrededor.
El mayor problema de estos microsueños es que suelen pasar inadvertidos, no nos damos cuenta de que tienen lugar. Pero son estos momentos en los que estamos completamente a merced de lo que nos pueda suceder.
Por mucho que tratemos de evitar los efectos del sueño, éstos siempre acaban apareciendo, por lo que debemos tratar de evitar estas situaciones y descansar como es debido. De hecho, a principios del siglo pasado, la normativa obligaba a los conductores a dormir ocho horas antes de conducir un vehículo a motor.
Desde Norauto, os mostramos algunos consejos para evitar que el sueño nos gane la batalla:
Mantén unos hábitos saludables de descanso.
Evita conducir en las horas en las que el sueño suele aparecer con mayor facilidad: entre las 3 y las 5 de la mañana, y entre las 2 y las 4 de la tarde.
Si tienes compañía, disfruta de una buena conversación en vez de poner música.
¡Siempre hay que estar alerta! No te relajes demasiado mientras conduces.
Evita, siempre que puedas, los trayectos lagos y la monotonía en la carreta.