La nieve y el hielo representan dos de los elementos más peligrosos para una conducción adecuada. Su aparición en la calzada lo cambia todo y obliga a echar mano de uno de los accesorios imprescindibles en el maletero: las cadenas.
Todos sabemos que debemos tenerlas cerca en temporada invernal y, especialmente, si hacemos un viaje a la montaña o a una estación de esquí. Pero, ¿cómo debemos circular una vez que hemos acoplado las cadenas en los neumáticos?, ¿cuáles son las claves para evitar riesgos?
En este artículo vamos a explicarte los factores que influyen a la hora de conducir con cadenas para nieve.
Tipos de cadena de nieve
Existen dos tipos distintos y ambos cumplen bien con su función:
- Cadenas metálicas: aunque ruidosas, son duraderas y eficaces. Son las más utilizadas historicamente, aunque su instalación resulta algo más compleja que las textiles.
- Cadenas textiles: perfectas para llevarlas por precaución, son muy fáciles de instalar y también muy eficaces. Como desventaja, si hay tramos con poca nieve en tu trayecto o ha ido desapareciendo, quedará dañada con anterioridad a las cadenas metálicas. Son las cadenas más utilizadas actualmente por la facilidad de su montaje.
¿Cadenas o neumáticos de invierno?
Aclaremos antes de nada una duda esencial: no todos los neumáticos de invierno están preparados para circular con nieve o hielo. Tan solo aquellas ruedas que cuentan con dos símbolos (uno en forma de montaña de 3 picos y el otro de hielo) cuentan con una banda de rodadura apropiada para garantizar la adherencia adecuada en estos casos.
¿Conviene usar estos neumáticos de invierno en vez de cadenas? Todo dependerá de tus necesidades. Ten en cuenta que estas ruedas suelen tener un coste más elevado y que su desgaste no puede estar por debajo de los 4mm (al contrario de los 1,6mm de una rueda normal) para realizar bien su función. Por el contrario, y como grandes ventajas respecto a las cadenas, no es necesario instalar nada cuando nieva o hay hielo y permiten una circulación mucho más fluida y segura.
Cuándo colocar las cadenas para nieve
Cuando aparece la nieve, nuestros neumáticos van perdiendo adherencia. Además, con el descenso de las temperaturas y el aumento de la humedad en el ambiente, pueden crearse también las temidas placas de hielo, un peligro que es difícil de detectar mientras conducimos.
El momento más peligroso se produce cuando comienza a nevar, ya que la calzada se convierte en una pista deslizante y, a medida que se acumula nieve, las dificultades aumentan y se hace imposible la conducción sin cadenas (seguridad y obligatoriedad por normativa).
Solo debes utilizar cadenas cuando la superficie de la carretera esté completamente cubierta por una capa de nieve o hielo compactado.
Las cadenas para nieve se ofrecen en pares y se deben montar en las ruedas motrices. Siga las instrucciones del fabricante de su vehículo y tenga en cuenta que dos cadenas a menudo se consideran suficientes, pero cuatro ofrecen mayor seguridad.
Si intentas usar cadenas en un camino que ha sido despejado de nieve, corres el riesgo de dañar la superficie de la calzada y el propio vehículo. Si dañas el pavimento, puedes enfrentarte a una multa importante.
Cómo conducir una vez instaladas las cadenas
Ante esta situación debemos extremar las precauciones y es recomendable que continuemos nuestro camino con las luces de cruce, una velocidad moderada y respetando la doble distancia de seguridad estipulada por la DGT. En la mayoría de los casos, se deberán apagar también los sistemas como el control antideslizante y el sistema de advertencia de cambio de carril.
Sigue estos consejos para una conducción más segura:
Evita frenazos bruscos
En el caso de existir placas de hielo o nieve en el camino, el agarre de nuestros neumáticos se verá reducido drásticamente. Lo más importante es evitar bloquear las ruedas con un frenazo brusco, ya que perderemos el control de la dirección de nuestro coche.
Acelerones suaves
Acelerar suavemente, conducir con cuidado y no subir o reducir la velocidad de manera repentina.
Circula en línea con otros vehículos
Además debemos intentar avanzar sobre las rodadas del coche que nos preceda, realizando suaves movimientos de volante.
Cuidado con la iluminación
No enciendas las luces de niebla, sobre todo las traseras, salvo en aquellos casos en los que caiga nieve de manera copiosa. Las antiniebla pueden deslumbrar a los conductores que circulen por detrás de ti y, al mismo tiempo, provocan que las luces de freno se perciban peor. Esos instantes que tardarán en apreciar que estamos frenando pueden ser vitales en una conducción que requiere más distancia de frenado.
Distancia apropiada
Guardar la distancia adecuada representa una de las claves para una conducción segura con cadenas. Cuanta mayor distancia de seguridad dejemos, mejor. Es importante recordar que un coche que circula a 20 km/h por la nieve, requiere de un mayor espacio para frenar que otro que circule a 140 km/h en terreno seco.
En conclusión: paciencia y atención
Lo mejor que puedes pensar cuando la situación te obliga a circular con cadenas para nieve es que te enfrentas a un escenario completamente distinto al normal.
Bastará por lo tanto el sentido común para concedernos a nosotros mismos más paciencia, prestar más atención de la habitual a cualquier maniobra y evitar esa sensación de confianza con el paso de los kilómetros por muy bien que vayan las cosas. En estas condiciones, cualquier gesto desacertado provocará consecuencias.
Si tu vehículo presenta dificultades en la instalación de cadenas, Norauto pone a tu disposición el asesoramiento de sus especialistas, que te recomendarán el modelo más adecuado para tu coche.