¿ Cómo conducir con lluvia y evitar accidentes?

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La lluvia es un verdadero desafío, no sólo para los conductores principiantes, sino también para los experimentados.

Bastan dos datos para evidenciarlo: la adherencia de las ruedas sobre asfalto húmedo se reduce en un 25% en comparación con el seco y la distancia de frenado al conducir en carreteras mojadas se duplica. A esto se añaden otros factores, como la visibilidad limitada o la pérdida del control del vehículo durante unos instantes en caso de aquaplaning.

Por estos motivos, y al igual que preparamos el vehículo para los desplazamientos largos o para los meses de verano, también es muy importante comprobar que el automóvil está en perfectas condiciones para circular con lluvia.

En otro artículo ya te ofrecimos una guía sobre cómo preparar el coche para la lluvia. En esta ocasión vamos a centrarnos en 10 consejos prácticos para disfrutar de una conducción segura en caso de inclemencias meteorológicas.

REDUCE LA VELOCIDAD

Como indicábamos, cuando llueve los neumáticos no tienen la misma adherencia a la carretera y eso provoca dos efectos: posibles deslizamientos y distancias de frenado mayores.

Lo recomendable es reducir la velocidad, especialmente en las curvas, evitando movimientos bruscos. Y también situarse a una mayor distancia de los vehículos delanteros, no sólo para evitar el impacto en caso de frenazo, sino también para proteger nuestro parabrisas de las salpicaduras.

CUIDADO CON LA PINTURA BLANCA

La pintura blanca que delimita los límites del carril y de la calzada se convierte en sinónimo de peligro cuando llueve. Su superficie es resbaladiza y puede ocasionar una pérdida del control del vehículo. Mucho cuidado especialmente con los pasos de cebra, sobre todo si circulas con moto.

SIGUE LAS HUELLAS DEL COCHE ANTERIOR

Nuestro coche tendrá un mejor agarre a la carretera si conducimos justo por encima de las marcas que ha dejado el automóvil al que seguimos. Se trata de una buena técnica cuando cae mucha agua.

EVITA LOS CHARCOS

Los charcos reducen considerablemente la unión entre los neumáticos y la carretera. También, reducen la visibilidad de posibles obstáculos en la carretera. Por eso, si puedes, evítalos.

HAZTE VER

Siempre que llueva enciende las luces de cruce y, si la visibilidad se ha reducido de manera notable, también las antiniebla traseras. Te recomendamos que te asegures de su correcta regulación acudiendo a tu centro Norauto más cercano.

No olvides, por otro lado, usar el intermitente y el pedal de freno con más antelación, para advertir de tus movimientos a otros conductores.

MEJORA LA VISIBILIDAD

Además de mantener los espejos y cristales limpios, y las escobillas en perfecto estado para garantizar una buena visibilidad de la carretera y del resto de vehículos, también puede usar un repelente para lluvia. Este tipo de productos cuentan con una composición especial que dota al parabrisas frontal de una mejor impermeabilidad, de tal forma que el agua se desprende con mayor facilidad incluso a velocidades más elevadas.

COMPRUEBA LOS NEUMÁTICOS

Resulta evidente que los neumáticos deben vigilarse de manera permanente, porque representan la zona de contacto con la calzada, pero mucho más en condiciones de lluvia.

Circular con ruedas desgastadas en suelo mojado implica una reducción de la capacidad de frenado y, por lo tanto, un incremento de la distancia. Además, si la profundidad de las ranuras de la banda de rodadura no es la adecuada se corre un serio riesgo de sufrir aquaplaning.

ANTE EL ‘AQUAPLANING’, CALMA

Si los neumáticos no evacúan bien el agua o se han producido grandes charcos, el coche podría sufrir el aquaplaning, con lo que perderemos el control del movimiento durante unos instantes.

En este caso, intenta mantener la calma, levanta el pie del acelerador, evita el freno y sobre todo sujeta con fuerza el volante sin hacer movimientos bruscos. Cuando el vehículo avance volverás a tomar el control y a recuperar la trayectoria.

CUIDADO CON LAS PRIMERAS GOTAS

Incluso en carreteras secas, en el asfalto hay polvo, tierra, pequeños escombros, manchas de aceite, etc. Recuerda que, con las primeras gotas de lluvia, el agua humedece todo esto y lo convierte en áreas resbaladizas. Por lo tanto, ten mucho cuidado: visualmente, el pavimento todavía parece seco, pero no lo está. Intenta evitar maniobras bruscas y reduce la velocidad cuando empiece a llover.

ESPERAR A QUE ESCAMPE

No se trata de un consejo baladí. Si la lluvia cae con tanta intensidad que te impide circular con normalidad, lo mejor que puedes hacer es reducir la velocidad de manera paulatina (cuidado con los vehículos que vienen detrás de ti), detenerte en un lugar seguro y esperar a que escampe. No hay nada que no pueda esperar y, cuando se trata de conducción, siempre mejor prevenir que curar.

En definitiva, la precaución y el buen mantenimiento de nuestros vehículos son los factores claves para no tener ningún accidente haga el tiempo que haga. Por ello, Norauto pone a tu disposición una amplia Red de Talleres que cuenta con más de 1.300 asociados para que puedas poner tu coche a punto en cualquier momento.