Delante de cada coche hay un logotipo que todos reconocemos a simple vista, los vemos a diario moviéndose entre nosotros, y aunque muchos lo perciban como meros símbolos identificativos, va mucho más allá, en muchas ocasiones esconden historias, y simbologías apasionantes. Lógicamente todos los logos han sido construidos bajo conceptos similares, la velocidad, potencia, dureza, o prestigio, pero cada uno tiene el toque personal de cada marca, que representan los valores y los orígenes.
Aston Martin y las alas de escarabajo egipcio
Audi y los anillos fusionados
BMW y las erróneas hélices de avión
Cadillac y el fundador de Detroit
Chevrolet y su historia incierta
Chrysler y la eterna estrella
Citroën y los engranajes en forma de V
Ferrari y el mítico aviador
Fiat y el producto que se convirtió en empresa
Ford y el triángulo con alas que nunca cuajó
Alfa Romeo y la serpiente come-humanos
Toyota y el campo de arroz.
Mazda y el logo que se parecía sospechosamente a Renault
Mercedes y la niña que no se llamaba Mercedes
Mitsubishi y el escudo de la familia Yamauchi
Opel y el zeppelin que se convirtió en rayo
Peugeot y el león
Porsche y los dos escudos fusionados
Renault y el tanque de la Primera Guerra Mundial
Volvo y el símbolo machista