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¿Cómo afecta a la industria del motor la desescalada del coronavirus?

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Poco a poco, España va recuperando la normalidad, después del confinamiento motivado por la expansión del Coronavirus. Un confinamiento que ha provocado un auténtico frenazo en la economía española, al que no ha sido ajeno la industria del motor. De hecho, ha sido uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria. Con el plan de desescalada ideado por el gobierno, vuelven a abrir los concesionarios, las fábricas, los talleres y las ITV. Veamos cómo afecta a la industria del motor la desescalada del coronavirus.

Una situación sin precedentes desde la Guerra Civil

La crisis del Coronavirus ha tenido un impacto sustancial en la economía española y ha afectado, especialmente, a la industria del automóvil, además de otros sectores como la hostelería y el turismo. Una industria, la del motor, que hasta el pasado mes de marzo suponía en torno al 10 por ciento del PIB y emplea al 9 por ciento de la población. Fábricas, concesionarios, talleres, proveedores… todos se han visto obligados a cerrar por el Estado de Alarma, siendo casi el único sector que ha parado por completo la cadena de valor y llevando a miles de trabajadores a una situación de ERTE.

Es una situación sin precedentes desde la Guerra Civil española, cuando colapsó la fábrica de Ford en Barcelona, en 1937. Hasta 1953 no volvió la producción de automóviles en España, de la mano de SEAT y Renault, en Barcelona y Valladolid, respectivamente. Como consecuencia del cierre total de la industria de la automoción, las matriculaciones de coches se han desplomado un 69,3 por ciento en marzo y un 96,5 por ciento en abril, remontando sensiblemente en mayo, con una caída del 72,7 por ciento.

En España hay 13 fábricas dedicadas a la producción de coches que emplean a unas 89.000 personas, de las cuales, unas 66.000 realizan sus trabajos en las líneas de montaje. Las plantas más importantes son la de SEAT en Martorell, la de Volkswagen en Pamplona, las del Grupo PSA en Vigo, Zaragoza y Madrid, la de Ford en Almussafes, Valencia, las de Renault en Sevilla, Valladolid y Palencia o la de Mercedes-Benz en Vitoria. Nissan mantiene la de Ávila, pero, como hemos conocido recientemente, ha decidido cerrar la de Barcelona, aunque este cierre no ha sido por el COVID-19, pero sí ha supuesto la puntilla.

El Coronavirus ha puesto en jaque a toda la industria del motor que, como decimos, supone el 10 por ciento de PIB español y hace de España el segundo fabricante más importante de automóviles de Europa, pero, ahora, ha de adaptarse a las nuevas necesidades de un sector obligado a acelerar la llegada de la electrificación.

Apertura de concesionarios

Con la desescalada del Coronavirus por fases, la industria del motor empieza a recuperar, poco a poco, la normalidad anterior a la emergencia sanitaria. Los concesionarios reabrieron sus puertas en las Comunidades Autónomas que entraron en la Fase 1 el 11 de mayo. En un primer momento, el decreto del gobierno impedía el inicio de la actividad económica en aquellas superficies que excedieran de 400 metros cuadrados para evitar aglomeraciones. Pero los concesionarios solicitaron a la administración que se les excluyera de esa normal y ésta aceptó.

Y, desde el 18 de mayo, están abiertos todos los concesionarios de España, gracias a la Orden Ministerial 414/2020 publicada en el BOE el 16 de mayo, que permitió la reapertura de los concesionarios de coches, con independencia del territorio en que se encuentren y su superficie. Eso sí, debían hacerlo con cita previa y respetando las medidas de seguridad del Ministerio de Sanidad. A partir de la Fase 2, se permite acudir a los concesionarios sin cita previa.

Los concesionarios españoles han invertido más de 11 millones de euros en acondicionar todas las instalaciones para cumplir con las normas de seguridad e higiene, así como para proteger a los trabajadores y a los clientes.

Fábricas de coches

En cuanto a las fábricas de coches, prácticamente todas han recuperado su actividad. La primera marca en reabrir sus puertas fue Renault, que retomó el trabajo en sus plantas de Sevilla, donde fabrica las cajas de cambios, y la de motores de Valladolid. El 27 de abril, abrieron la planta de Mercedes-Benz en Vitoria, la de SEAT en Martorell y la de Volkswagen en Palencia y, dos días después, las plantas de montaje de Renault en Palencia y Valladolid. El 4 de mayo le tocó el turno a Ford, en Almussafes, y la de Nissan en Ávila. Las últimas en volver han sido las del Grupo PSA en Vigo, Zaragoza y Madrid.

ITV durante la desescalada

Durante el confinamiento, también fueron pararon su actividad los centros dedicados a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), por lo que muchos conductores se vieron obligados a posponer la obligada revisión técnica de su coche. Al igual que con los concesionarios, el gobierno permitió la reapertura de las ITV en aquellos territorios que entraban en Fase 1, con aforo limitado y preferentemente con cita previa. De esta forma, se quería evitar el posible colapso las estaciones que realizan las inspecciones, que ya acumulaban más de 4 millones de revisiones pendientes.

Además, el gobierno estableció, a partir del 15 de mayo, un plan para prolongar los plazos de revisión en las ITV, que consiste en añadir 15 días naturales por cada semana del estado de alarma, que se añaden a los 30 días naturales ya previstos en el primer decreto del estado de alarma. De manera que, para la primera semana, del 14 al 20 de marzo, se establece una prórroga de 45 días naturales; para la segunda semana, del 21 al 27 de marzo, 60 días naturales; y así, sucesivamente. En los casos más extremos, la prolongación de plazos supera los seis meses.

Otras actividades de la industria del motor

Con la desescalada del coronavirus, han vuelto a la normalidad otras actividades relacionadas con la industria del motor. Es el caso de las autoescuelas, por ejemplo, ya muchas han seguido la preparación de los alumnos de manera online y, desde la Fase 2, se permiten las clases presenciales, aunque con un aforo limitado al 50 por ciento. También las clases prácticas, con la obligación de usar mascarillas y solo dos ocupantes en el coche. Asimismo, la DGT anunció que, a partir del 25 de mayo, se retomaban los exámenes en aquellas comunidades que entraban en Fase 2.

Otro problema surgido durante el confinamiento fue la renovación de los carnés de conducir. No obstante, la DGT tranquilizó a todos aquellos conductores que tenían esta tarea pendiente, confirmando que “los permisos de conducción caducados durante el estado de alarma mantienen su vigencia hasta 60 días después de finalizar dicha situación excepcional”. Pero, si prefieres renovar tu carné, desde la Fase 1 está permitido en los centros de reconocimiento, acudiendo con cita previa y cumpliendo con las medidas de protección frente al COVID-19.

Por otro lado, los talleres quedaron sujetos a las mismas condiciones que los concesionarios y comenzaron a abrir en los territorios que iban accediendo a la Fase 1.  Lo mismo ocurre con las tiendas de distribución, que comenzaron su reapertura en la Fase 1, solo en aquellos centros con menos de 400 metros cuadrados y, en desde la Fase 2, el resto de establecimientos.

Cómo ves poco a poco estamos volviendo a la nueva normalidad y el motor, pese a haber sido una de las industrias más afectadas ya se está recuperando.

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