Dependiendo de la duración de nuestro trayecto en coche, los niños pueden llegar a sentirse muy cansados, mareados o simplemente aburridos, incluso aunque la distancia que tengamos que recorrer no sea excesivamente larga.
Si quieres evitar el uso tan socorrido de las tablets o dispositivos móviles, que en ocasiones puede ser contraproducentes, esta puede ser una gran oportunidad para estimular la imaginación de los más pequeños y hacerles partícipes de, por ejemplo, el paisaje que nos vamos encontrando y sus distintos elementos a través de diversos juegos.
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Las matrículas
En función de la edad de los niños que llevemos en el coche, podremos pedirles o sugerirles que realicen distintas operaciones matemáticas con los números de la matrícula del coche que tenemos delante (suma, multiplicación…).
Si nuestros hijos son aún muy pequeños, podemos decirles que, simplemente, nos lean en voz alta los números, o que, con las letras, hagan diferentes construcciones de palabras.
Veo-veo
Sin duda, es el juego clásico para estas situaciones. Los niños tendrán que elegir un objeto visible por todos los pasajeros -puede ser tanto del coche como del paisaje- y dar alguna pista para que estos consigan adivinarlo en el menor tiempo posible.
Las pistas, dependiendo de la edad de los pequeños, podrían ser, por ejemplo, tanto el color representativo del objeto como la letra por la que empiece la palabra.
Cuentacuentos
Para los más pequeños, esta puede ser una opción muy divertida que, además, estimulará en gran medida su imaginación y narrativa.
Un adulto empieza el juego diciendo en voz alta: “Érase una vez…”, pudiendo sugerir algunos personajes y/o situaciones iniciales, y, en ese punto, los niños tendrán que inventarse una historia relacionada con aquellos, pudiéndose valer para ello del paisaje o incluso colaborando con otros niños o adultos que vayan a bordo.
Señales de tráfico
Este pequeño juego puede ser una gran opción para que nuestros hijos aprendan algo de educación vial mientras circulamos por carretera. Como su nombre indica, consiste en que los más pequeños intenten adivinar para qué pueden servir las distintas señales de tráfico que nos vayamos encontrando, al tiempo que los adultos les expliquemos de forma muy breve y sencilla su función.
Otra idea relacionada sería la de intentar posicionar geográficamente las distintas ciudades y pueblos (norte, sur, este, oeste…) cuyos nombres vayan apareciendo en los carteles indicativos.
La botella misteriosa
Este juego, parecido al veo-veo, consiste en darles a los niños un recipiente transparente (como una botella, por ejemplo) que haya sido rellenada previamente con arroz y en la que hayamos introducidos pequeños objetos, los cuales tendrán que adivinar en el menor tiempo posible. Podemos, además, darles una hoja con todos los nombres de los objetos apuntados, a modo de bingo, para que vayan tachándolos en la medida en que los encuentren.
LEGO
Con las conocidas piezas de LEGO, podremos pedirles a nuestros hijos que hagan diferentes figuras tomando como referencia, por ejemplo, sugerencias nuestras o, mejor aún, algún objeto o infraestructura visible del paisaje. También, y sobre todo a los más pequeños, podríamos sugerirles que formen palabras usando las piezas.
Tubo-abecedario
Con un tubo de cartón y unas cuantas pegatinas, tendremos el material necesario para este pequeño juego. Escribiremos diferentes letras (o números) en la superficie del tubo, y exactamente las mismas en las pegatinas (cada pegatina, una letra). A partir de ahí, los niños tendrán que hacer coincidir las pegatinas con las letras repartidas por el tubo. Sin duda, una de las opciones más económicas a la par que sencillas.
Bingo
Similar al sistema de juego de un bingo convencional, pero adaptado para un viaje en carretera. Imprimiremos -o haremos a mano- en una hoja de papel varios símbolos de objetos que podamos encontrarnos a lo largo del trayecto, tales como señales de tráfico, animales, edificios o lugares…, los cuales tendrán que ser tachados por los niños a medida que los localicen, y, así, hacerlo con todos y cada uno de ellos para cantar: «¡Bingo!»
Para finalizar, es importante recordar que, a la hora de jugar a estos juegos, el conductor debe estar totalmente concentrado en la conducción, por lo que no debería participar, al menos activamente.
También, conviene explicar a los niños, sobre todo a los más pequeños, que deben estar tranquilos y calmados durante el viaje, ayudándonos en este sentido de los juegos para entretenerlos e incluso echar mano, por ejemplo, de pequeñas golosinas a modo de premio. Si en un momento dado no se encontrasen cómodos o no parasen de llorar, lo más recomendable es hacer alguna parada en el camino para que se despejen. Y, por supuesto, siempre tendremos la opción de ponerles una película, un CD de cuentos o dibujos animados para que los vean y que así estén entretenidos. ¿A que ahora ya son muchas más las opciones que tienes en mente?