La junta de culata es uno de los elementos del coche que supone un coste más elevado de reparación en caso de avería. Se trata de una pieza muy importante para el funcionamiento del motor del vehículo y, en caso de detectar alguno de los síntomas que hacen pensar que se ha roto, es necesario acudir de inmediato a un taller.
Tras recibir la valoración sobre cuánto cuesta la reparación o sustitución, muchos conductores se plantean la duda sobre si merece la pena arreglar la junta de la culata de su coche. Para que puedas tomar tu propia decisión, vamos a resolverte algunas de las dudas más comunes que pueden surgirte en el momento de plantearte si cambiar la junta de culata o no.
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¿Qué es la junta de culata de un coche?
A grandes rasgos, podemos decir que se trata de un elemento que une el bloque motor (donde se encuentran los cilindros) y la propia culata, que se puede resumir como la tapa del propulsor. La junta de la culata tiene la forma de una fina lámina con agujeros y permite que el sellado entre esas dos partes sea perfecto.
Normalmente suele estar hecha de amianto y reforzada por otras dos láminas de cobre, aunque cada fabricante tiene su propia fórmula. A pesar de que a simple vista pueda parecer un componente simple, no lo es, ya que tiene que ser resistente a elevadas temperaturas y altas presiones, además de ser lo suficientemente flexible para que la zona quede cerrada herméticamente.
¿Cada cuánto se cambia la junta de culata?
La junta de culata no necesita cambiarse cada determinado tiempo. Solo debe sustituirse en caso de estar dañada, de manera que no existe una cantidad de kilómetros a partir de la cual esté previsto que se deba cambiar.
¿Por qué se rompe la junta de culata?
La junta de la culata se estropea cuando no resiste el calor extremo del motor. Aunque está fabricada para que la subida de temperatura del motor no le afecte, puede terminar deteriorándose, como todas las piezas.
Hay un par de factores que pueden afectar a que su vida útil se reduzca. El primero de ellos es conducir a muchas revoluciones, ya sea por una alta velocidad o por pasar por zonas resbaladizas. El segundo es por algún fallo del sistema de refrigeración o incluso la falta de agua en el motor.
¿Cuál es el precio de cambiar la junta de culata?
Y llegamos a lo curioso del caso. En realidad, una junta de culata no es una pieza que tenga un precio prohibitivo. Dependiendo del modelo y la marca, oscila entre los 30€ y los 70€.
El precio de arreglar la junta de culata sube mucho más porque se trata de una reparación que implica desmontar el motor entero, algo complejo que debe dejarse solo en manos de mecánicos experimentados. Esto supone un mínimo de 12 horas de mano de obra.
Además, los daños en la junta pueden haber afectado a la propia culata, de manera que el problema se agrava y el precio de la reparación aumenta todavía más y es necesario un proceso que se le denomina “rectificar”.
¿Se puede conducir con la junta de culata rota?
En un artículo anterior, hemos entrado en profundidad a hablar sobre esta duda en concreto y hemos llegado a la conclusión de que sí que es posible conducir con la junta de culata rota. De hecho, los síntomas de una junta de culata defectuosa (que también detallamos en ese artículo) se reconocen muchas veces demasiado tarde, se pasan por alto o incluso se ignoran, y el coche sigue circulando.
Aun así, hay que tener en cuenta que no es nada recomendable ignorar una junta de culata rota, ya que con el tiempo los daños terminan afectando a la culata y al motor, lo que provocaría que la reparación fuese mucho más costosa.
Conclusión: ¿merece la pena arreglar la junta de culata?
En primer lugar, es necesario recalcar la importancia de no ignorar una junta de culata rota, tanto por seguridad como para evitar más daños en el vehículo. La duda debe centrarse solo en si se prefiere arreglar o cambiar de coche.
La respuesta a esta pregunta es muy personal, ya que habrá casos en los que el conductor crea que merece la pena repararla y otros en los que no.
Por lo general, los problemas con la junta de culata suelen aparecer en coches antiguos, de manera que se debería valorar cuál es el precio actual del coche y compararlo con cuánto cuesta arreglarlo.
En cambio, si el valor actual del automóvil es elevado o se trata de un coche bastante nuevo, es posible que salga a cuenta reparar la junta de culata.
Por último, recuerda que un buen mantenimiento y seguimiento de tu coche será vital para detectar este problema y otros con antelación. Una revisión a tiempo puede ahorrarte dolores de cabeza… ¡y de bolsillo!