Sistema de Retención Infantil: ¿qué es y cuál elegir?

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El sistema de retención infantil (por sus siglas: SRI) supone la mejor elección posible en lo que a protección de niños se refiere cuando viajan en un vehículo.

Su uso reduce hasta en un 90% las lesiones y un 75% las muertes en caso de accidente. De ello se deduce que, como padres, tengamos la responsabilidad de proteger a nuestros hijos hasta que estos tengan 12 años o alcancen el 1’50 metros de estatura. Sin olvidar, además, que se trata de una acción exigida por ley.

¿Qué es un Sistema de Retención Infantil?

Un sistema de retención infantil se define como aquel que garantiza la seguridad de los más pequeños durante un trayecto en automóvil, teniendo en cuenta tanto su estatura como su peso.

El objetivo es reducir al máximo los daños que puedan sufrir los niños en caso de siniestro.

¿Qué partes lo componen?

Los elementos que integran un sistema de retención infantil estándar son:

  • Cinturón de seguridad: sujeta la silla anclándola al asiento del vehículo y protege al niño (de 15 a 36 kilos).
  • Sistema ISOFIX: muy extendido, presenta un anclaje a través de 3 puntos de sujeción. Están unidos directamente a la carrocería del automóvil, lo que incrementa los niveles de seguridad.
  • Arneses de sujeción: son los tirantes que sujetan al niño (hasta 18 kilos) al sistema de retención. Deben colocarse ceñidamente y se debe vigilar que no saque los brazos para maximizar su seguridad.
  • Cojín de seguridad frontal: sistema de protección que sustituye a los arneses para niños que pesen de 9 a 18 kilos y que aumenta aún más su seguridad, absorbiendo el impacto de un posible golpe y distribuyendo su fuerza. Tiene otra ventaja añadida: impide que los niños se liberen de la barrera.
  • Otros: dependiendo del fabricante, también existen los protectores cervicales, de impacto lateral, reguladores en altura del reposacabezas…

¿Qué dice la normativa?

Existen dos normas en la UE que reflejan la homologación de los sistemas de seguridad para niños en los vehículos: ECE R44/04 y la i-SIZE.

La norma i-SiZE tiene como objetivo mejorar la seguridad ante los impactos en aquellas colisiones laterales o frontales que puedan producirse y, al mismo tiempo, amplía el tiempo de viaje del niño en sentido contrario a la marcha.

Por su parte, la norma ECE R44/04 es la que estipula los diferentes grupos en los que se dividen estos sistemas.

¿Qué silla de coche debo elegir?

Tan importante resulta elegir el Sistema de Retención homologado como la silla de coche que mejor se ajusta a las características de los pequeños. Los asientos se dividen en cinco grupos según el peso y estatura del niño.

Grupo 0 y 0+: recién nacidos hasta 13 kg

En este grupo, se encuentran las sillas —de 40 a 85 cm y de 45 a 105 cm (i-Size)— orientadas a bebés de 0 a 10 kilos (grupo 0) y de hasta 13 kilos (grupo 0+).

El bebé, con el primer asiento, viaja tumbado muy naturalmente, aunque únicamente lo hace con un cinturón situado en su barriga, por lo que un choque lateral podría llegar a causarle algún tipo de daño; si bien es cierto que ya existen modelos de este tipo de asiento con cinturones en forma de “Y” que mejoran esta clase de protección.

Los portabebés (“maxi-cosi”) conforman el tipo de asiento más habitual en este grupo. La recomendación es colocarlos en sentido contrario a la marcha (incrementa la seguridad)  y nunca se debe situar en un asiento cuyo airbag frontal no haya sido previamente desactivado.

Grupo I: de 9 a 18 kg

En este grupo, nos encontramos las sillas orientadas a niños que pesen de 9 a 18 kilos. Recuerda que, en lo referente a sillas de seguridad para niños, el parámetro que se debe tener en cuenta es el peso, siendo la edad uno meramente orientativo.

Son pequeñas sillas que se sujetan al coche, bien con el cinturón de seguridad, bien con el sistema ISOFX. Es importante resaltar que, en un niño de corta edad, el peso relativo de la cabeza respecto al cuerpo es mayor que en un adulto, y que su cuello no está totalmente desarrollado, por lo que es siempre recomendable utilizar un sistema que permita orientar la sillita hacia atrás (teniendo en cuenta también que el asiento no se quede pequeño).

Grupo II: de 15 a 25 kg

Aquí se encuentran las sillas orientadas a niños cuyo peso es de 15 a 25 kilos. Están formadas por un cojín y un respaldo que se colocan usualmente sobre el asiento del coche. El niño se sienta sobre el elevador y se abrocha el cinturón de seguridad. La característica principal de este tipo de sillas es que eleva al niño a una altura en la que el cinturón le ajusta correctamente y le protege tanto las caderas como el esternón y la clavícula.

Grupo III: de 22 a 36 kg

En este último grupo, encontramos las sillas orientadas a niños que pesen de 22 a 36 kilos (y hasta los 12 años). Son un tipo de sillas muy similares —algunas no cuentan con respaldo— a las del anterior grupo, y de funcionamiento idéntico.

Debemos tener en cuenta además que algunos de estos modelos sirven para varios grupos de peso. No obstante, y de manera general, un sistema de retención infantil que solo se ajuste a un determinado grupo será siempre más seguro y efectivo a la hora de proteger a los más pequeños en carretera.

Conclusión

Los padres a veces no se toman demasiado en serio los Sistemas de Retención Infantil, especialmente en viajes cortos. Pero incluso a bajas velocidades, el frenado brusco puede tener serias consecuencias.

Ahora que ya dispones de toda la información, basta con seguir los pasos y evitar la excesiva confianza cuando se trata de tu seguridad y la de los tuyos.