Los motores diésel han evolucionado mucho en las últimas dos décadas con soluciones tecnológicas muy avanzadas que han mejorado considerablemente su rendimiento y sistemas anticontaminación muy complejos que han reducido la emisión de gases nocivos, tanto que hoy un coche diésel contamina menos que otro de gasolina de similares características.
Sin embargo, ese avance tiene también un lado negativo. Todos esos sistemas y soluciones tecnológicas hacen que los motores diésel actuales sean más susceptibles de averiarse si no se conducen de la forma adecuada, averías cuyas reparaciones pueden ser tremendamente caras para el conductor. Por eso, aquí te contamos cómo realizar trayectos cortos con un diésel.
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Motores diésel modernos
La evolución tecnológica que han experimentado los motores diésel ha sido espectacular. Los noventa fueron los primeros años dorados de estos motores, gracias a la aparición, a finales de los ochenta, de la inyección directa, la inyección directa por rampa común, más conocido por Common Rail y el turbo.
Estas tecnologías permitieron que los motores diésel desarrollaran elevadas potencias que combinaban buenas prestaciones con bajos consumos. El éxito no se hizo esperar y la mayoría de los conductores empezaron a comprar coches diésel, en parte, animados por los poderes públicos de entonces, cuando el enemigo medioambiental era el efecto invernadero, producido por el CO2, gas que emiten los motores de gasolina.
Sin embargo, los motores diésel contaminaban mucho más que los de gasolina, debido a la forma de hacer la combustión que, en un diésel, genera una gran cantidad de partículas nocivas y óxido de nitrógeno que salen por el tubo de escape. Entonces, las diferentes normativas europeas anticontaminación obligaron a los fabricantes a instalar diferentes sistemas para reducir las emisiones.
Es así como, a partir de los años 2.000, los motores diésel comenzaron a incluir las famosas válvulas EGR y los filtros antipartículas (FAP), además de otras tecnologías para mejorar la combustión, reducir los consumos y, por tanto, las emisiones. Con la entrada de la normativa Euro 5 y Euro 6, muchos coches, por no decir la mayoría, equipan un sistema de reducción catalítica selectiva, conocido como SCR, que inyecta AdBlue en el motor para reducir el óxido de nitrógeno.
Como consecuencia de esta evolución, los motores diésel hoy son muy poco contaminantes, incluso menos que los de gasolina a igualdad de potencia, pero son poco aptos para circular por la ciudad. Es decir, es muy poco recomendable realizar trayectos cortos con un diésel. Y ahora verás porqué.
Principales averías de un diésel en trayectos cortos
La gran mayoría de los conductores realizan trayectos cortos cada día, casi siempre por ciudad, para ir de casa al trabajo, al supermercado y poco más. Eso supone hacer un recorrido de unos 10 kilómetros de media, insuficiente para que un motor alcance su temperatura óptima.
Durante ese tiempo, los sistemas anticontaminación no pueden funcionar correctamente. La válvula EGR se encarga de redirigir los gases de escape que emanan de la combustión al motor, reduciendo la temperatura y los óxidos de nitrógeno. Al conducir a bajo régimen y durante tan poco tiempo, se genera mucha carbonilla que se va acumulando en el interior del motor. Esto también ocurre con el motor frío.
Si esto se hace todos los días, con el tiempo, la válvula EGR deja de hacer bien su trabajo y disminuye el rendimiento del motor, además de aumentar el consumo de gasóleo. También el motor se vuelve más inestable al ralentí, con vibraciones más acusadas y tirones a medio régimen. Esto obligará a desmontar y limpiar la válvula y, en los casos más extremos, sustituirla por otra nueva.
El elemento que más sufre en trayectos cortos con un diésel es el filtro antipartículas. Se encarga de retener las partículas que se generan en la combustión, evitando que salgan a la atmósfera. El filtro acumula el hollín, lo quema y se regenera para volver a atrapar nuevas partículas.
Para que el filtro antipartículas se regenere, necesita alcanzar una alta temperatura y mantenerse constante durante todo el proceso. Por tanto, si el coche solo hace recorridos cortos, se generará más partículas por la combustión, el filtro se saturará más rápido y no podrá regenerarse.
¿Qué ocurre si se conduce un diésel exclusivamente en trayectos cortos?
En el peor de los casos, el filtro puede saturarse en exceso y de forma constante, hasta llegar a un punto de no retorno. Esto obligaría a pasar por el taller para reemplazar la pieza, una operación que supera los 1.000 euros. La consecuencia menos grave es no superar la prueba de gases a la hora de pasar la ITV, al tener el FAP saturado y una válvula EGR en mal estado.
Un tercer problema de los motores diésel de última generación tiene que ver con los sistemas de reducción catalítica selectiva SCR. Cuando los gases de escape entran en el SCR, un sistema controlado por una centralita inyecta AdBlue, un aditivo compuesto por urea y agua destilada. En ese momento, se produce una reacción química que convierte el óxido de nitrógeno en agua y nitrógeno. Este proceso se llama hidrólisis.
Pues bien, en trayectos cortos con un diésel, el consumo de AdBlue se puede disparar. Este es el menor de los problemas, ya que no se produce ninguna avería, solo habría que rellenar el depósito de este aditivo antes de tiempo. No obstante, hay que subrayar que ya hay algunos coches que, cuando el sistema detecta que el depósito de AdBlue está vacío, no arrancan.
Cómo evitar estos problemas
Por todo lo que te acabamos de contar, la compra de un coche diésel actualmente para aquellos que lo utilizan, principalmente, para la ciudad no es recomendable. Un vehículo diésel moderno es ideal para recorrer la mayoría de los kilómetros en carretera o autovía, donde se mantiene un régimen constante y una temperatura alta que hacen que se genere poco hollín y el filtro antipartículas quema los residuos sin problema.
Si conduces a menudo un diésel por ciudad, es recomendable salir del entorno urbano para hacer varios kilómetros por carretera o autovía. Así, el motor girará a un régimen más alto y constante y alcanzará la temperatura adecuada para que el filtro se regenere.
Por otro lado, si tienes que hacer mucha ciudad, circula con marchas cortas para tener un régimen de giro más alto y utiliza de forma periódica algún aditivo para el motor.
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