que pasa si pongo gasolina en un motor diesel

Qué pasa si echas gasolina en un motor Diesel

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Puede que parezca inverosímil, pero cada año un buen número de conductores se equivoca se equivoca de manguera y termina repostando el combustible equivocado: ya sea gasolina en un motor diésel o viceversa. El despiste puede jugar una mala pasada que puede tener consecuencias muy graves. Por eso, es interesante que sigas leyendo este artículo para saber qué pasa si echas gasolina en un motor diésel.

Un error más habitual de lo que parece

Allá por el año 2015, el RACE publicó un estudio en el que afirmaba que, cada año, más casi 73.000 conductores se equivocan al echar el combustible en su vehículo. Antes era más fácil equivocarse a la hora de repostar, ya que el diámetro de la boca del depósito era similar en un vehículo diésel y en otro de gasolina. Además, los broqueles de ambas mangueras eran idénticos en tamaño.

Hoy, en cambio, las posibilidades de error son menores, porque la anchura de las bocas de combustible y de los broqueles son diferentes. El broquel de una manguera diésel es más ancho que el de una manguera de gasolina, así que, físicamente, es casi imposible echar diésel en un motor de gasolina. Sin embargo, en el caso contrario, introducir una manguera de gasolina en un depósito diésel, sí se puede. Y de hecho, se da con cierta frecuencia.

Este tipo de error, fruto del despiste, suele darse en personas que utilizan habitualmente dos tipos de coches, uno de gasolina y otro diésel y, al repostar, acaban poniendo el combustible equivocado. O en un conductor que ha conducido durante muchos años un coche diésel y ahora se compra uno de gasolina.

Qué pasa si echas gasolina en un motor diésel

Para analizar qué pasa si echas gasolina en un motor diésel, hay que distinguir dos fases: cuando has repostado, pero te has dado cuenta del error a tiempo y no has arrancado; y cuando empiezas a circular. En primer lugar, veamos el primer caso.

Si te has dado cuenta en la propia gasolinera, puedes minimizar las consecuencias actuando de manera rápida. Pero ello requiere de técnica y conocimientos. Así que, cuidado, porque muchas veces, en un intento de vaciar el depósito sin la técnica adecuada, puedes dañar manguitos, filtros u otros componentes del sistema de alimentación.

Incluso, corres el riesgo de sufrir un incidente grave o una explosión, ya que no se controlan los gases que emanan del combustible al aire, ni se realiza teniendo en cuenta la electricidad estática o el equipo de protección personal adecuado.

Es importante tener en cuenta los siguientes consejos cuando te has equivocado al echar gasolina en un motor diésel:

  • Si has detectado el problema en el propio surtidor, no muevas el coche, ni siquiera introduzcas la llave en el contacto para evitar que entre el combustible equivocado en el circuito y la bomba.
  • Informa de la situación a los responsables de la estación de servicio, para que cierren la zona y avisen al resto de conductores que esperan para repostar.
  • Fuera de la zona de los surtidores, en un espacio seguro, avisa a la asistencia en carretera del problema, para que envíen la ayuda. Sigue sus instrucciones.
  • Informar del error, aportar todos los datos de localización y de modelo de coche.

Normalmente, el servicio de asistencia en carretera del seguro ofrece la opción de llevar el coche a un taller, donde procederán a desmontar el depósito, bombear la gasolina y sacar el filtro. En el mejor de los casos, el único elemento dañado será el filtro y su reparación no resulta un gasto importante. El único inconveniente es que, al dejar el coche en el taller, tendrás que buscar un transporte alternativo.

Qué pasa si circulamos con el carburante equivocado

Como ves, si pones gasolina en un coche diésel, pero no llegas a poner en marcha el coche, no es el fin del mundo y el problema tiene fácil solución. Pero ¿qué pasa si circulas después de haberte equivocado de combustible? Aquí, el problema es mucho mayor, ya que puede provocar daños de importancia en el vehículo, en función del tiempo o los kilómetros recorridos.

  • Diésel en un coche de gasolina: si has repostado una cantidad considerable (más de un cuarto de depósito), lo más frecuente es que el coche pueda arrancar, tendrá detonaciones muy lamentables, se mantendrá en marcha, mientras emite humo blanco por el escape, y acabará deteniéndose.

Al arrancarlo, el gasóleo ya ha recorrido varios lugares por lo que, una vez en el taller, será preciso vaciar todo el depósito de combustible, tubos e inyectores por los que haya podido circular el diésel.

  • Gasolina en un coche diésel: en este caso, el coche arrancará, circulará emitiendo ruidos muy raros y al final se parará. En este caso se verían afectados gravemente sistemas como el filtro o la bomba de inyección del motor diésel que, en el caso de verse dañada por circular con el combustible incorrecto, habría que sustituirla.

Lo mejor es avisar a la asistencia para que te revisen el coche en un taller, donde los técnicos comprobarán el daño de la bomba y vaciarán el depósito.

Lo que nunca hay que hacer

Independientemente de si has repostado diésel en un motor de gasolina o al revés, hay algo que nunca debes hacer: intentar arreglar el problema con medios poco seguros, como una pera o aspirando un tubo de goma. Sacar el combustible de un vehículo es una situación que supone un riesgo y se requieren ciertas medidas de seguridad, que incluyen una ropa especial y el seguimiento de un estricto protocolo, como balizar la zona y buscar tomas de tierra.

Del mismo modo, tampoco permitas que una persona sin cualificación en la materia te solucione el asunto, como abrir un manguito cerca del filtro de combustible. Ni tampoco intentar extraer el combustible sin los medios adecuados, ya que puede provocar un derrame con un alto riesgo de incendio o explosión, especialmente, si estás en una gasolinera.

Por último y muy importante, nunca tires el combustible equivocado por una alcantarilla, ya que puedes incurrir en un delito medioambiental.

Como ves, echar gasolina en un motor diesel y viceversa es un error muy frecuente que si se soluciona a tiempo puede quedarse en una anécdota graciosa, pero si no puede convertirse en un error grave.