Las bieletas son piezas muy importantes que forman parte de la suspensión y la dirección del coche. En concreto, forman parte de la barra estabilizadora, que es la encargada de mantener al vehículo estable, especialmente en las curvas.
Con las bieletas dañadas, la conducción se convierte en una actividad mucho más desagradable y peligrosa, ya que su función principal es suavizar la transferencia del movimiento entre la barra estabilizadora y el brazo de control. Gracias a ellas se puede mantener el ángulo de inclinación de las ruedas para controlar el movimiento.
Igual que ocurre cuando los neumáticos están gastados, el sistema de frenado en mal estado o los amortiguadores dañados, con las bieletas también hay una serie de síntomas que nos deben poner en alerta y servir de señal para llevar el coche al taller.
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¿Cuáles son los síntomas de una bieleta dañada?
Los síntomas de una bieleta de suspensión o dirección dañada pueden resumirse en tres:
- Manejo impreciso del vehículo, perdiendo la sensación de control, especialmente en las curvas.
- Inclinación o balanceo excesivo de la carrocería del vehículo en los giros.
- Ruidos metálicos y golpeteos en carreteras irregulares, así como al pasar por encima de baches o agujeros.
Aun así, estos síntomas también pueden deberse a otros problemas en la barra estabilizadora, de manera que la única forma de diagnosticar correctamente el problema y solucionarlo es acudiendo a un taller mecánico. Subiendo el coche en el elevador y desmontando la barra estabilizadora, el profesional puede observar que la bieleta está dañada de distintas formas:
- La bota cubrepolvo está dañada en una rótula.
- Los cojinetes de las bieletas de la barra estabilizadora están desgastados.
- Existe una holgura en la rótula.
- Hay una deformación de las bieletas de la barra estabilizadora.
¿Por qué motivo se dañan las bieletas del coche?
Igual que ocurre con tantas otras piezas de un vehículo (o incluso de cualquier máquina), las bieletas se desgastan con el uso y con el paso del tiempo. Además del envejecimiento y la suciedad acumulada, en este caso también pueden contribuir al deterioro la intrusión de agua, que genera oxidación, y la falta de lubricación.
Otras causas frecuentes son las externas, como un accidente o un choque que afecte a la barra estabilizadora y, en consecuencia, dañe las bieletas.
¿Hay que cambiar las dos bieletas a la vez?
Aunque la respuesta correcta es que no resulta necesario, lo más recomendable es cambiar las dos a la vez. La lógica dice que ambas bieletas deberían gastarse al mismo tiempo, de manera que si una ya está defectuosa, la otra puede fallar en cualquier momento también.
Hay veces en las que se aprovecha para cambiar las bieletas cuando toca hacer el cambio de amortiguadores, de brazos de control o algo adjunto a ellos. Tampoco es obligatorio, pero sí aconsejable, ya que de esta manera evitas el riesgo de sufrir una avería en las bieletas que, como ya has visto, es algo muy peligroso.
Si acudes al taller Norauto más cercano, nuestros especialistas harán la revisión pertinente y te recomendarán qué es lo mejor en tu caso. No demores demasiado tu visita al taller, está en juego tu seguridad.