Poco a poco, la movilidad eléctrica urbana está cada vez más presente en las grandes ciudades y muchos ciudadanos apuestan por algún tipo de vehículo eléctrico. Entre ellas, las motos eléctricas, que permiten desplazarse por las ciudades de manera muy rápida y cómoda, sin emitir sustancias contaminantes.
Una de las ventajas que tienen las motos eléctricas, al margen de que no emiten gases CO2, es que tienen un mantenimiento muy sencillo, aunque esto es algo que no todo el mundo conoce. Si estás barajando la posibilidad de hacerte con una, aquí te vamos a resolver todas tus dudas acerca del mantenimiento de las motos eléctricas.
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Motos eléctricas: simplicidad mecánica
El mantenimiento de motos eléctricas es más sencillo que el de una moto convencional con motor de combustión. Pero esto no significa que no haya que prestar un mínimo de atención y hacer las pertinentes revisiones. No hay que olvidar que la parte ciclo es idéntica a un vehículo eléctrico convencional y, como todos los sistemas eléctricos, necesitan un buen mantenimiento.
La sencillez en su mantenimiento se explica por la simplicidad de su mecánica. Las scooters eléctricas tienen menos piezas que una moto tradicional. Éstas, a su vez, cuentan con una gran cantidad de piezas móviles sometidas al desgaste, lo que se traduce en un mayor riesgo de averías. Las motos eléctricas tampoco utilizan ningún tipo de aceite, por lo que puedes olvidarte de comprobar el nivel de aceite y sustituirlo en el momento adecuado. Exceptuando el aceite de horquillas que ha de ser sustituido cada 2 años como en cualquier otra moto.
Pero, como decimos, las motos eléctricas requieren de ciertos cuidados básicos para prolongar su vida útil, como comprobar periódicamente las ruedas, el estado de los neumáticos, los frenos y, por supuesto, la batería.
La batería de una moto eléctrica
Precisamente, la batería es uno de los elementos fundamentales en el mantenimiento de motos eléctricas. Para que la moto funcione y no te deje tirado, debes controlar el estado de carga de la batería, es recomendable que la batería nunca llegue a agotarse por debajo de un 15% de la capacidad.. La autonomía dependerá de la carga, del tipo de moto y del tipo de conducción que hagas. Debes tener en cuenta que cada marca y modelo ofrece una autonomía diferente.
La batería de una moto eléctrica se puede recargar en cualquier punto donde haya un enchufe. Hoy en día, la mayoría de las motos eléctricas están especialmente diseñadas para no necesitar cuidados y mantenimiento específico. Y cada vez es más común baterías extraíbles, perfectas para llevártela a casa o a la oficina y enchufarla a la corriente para que se recargue.
Consejos para prolongar la vida de la batería
La batería es el componente más delicado de una moto eléctrica, por su importancia para alimentar al motor eléctrico y en la autonomía, así como por el coste, al ser el componente más caro del vehículo. Por ello, conviene que sigas los siguientes consejos para prolongar su vida útil:
- Haz un ciclo de carga y descarga completa cada uno o dos meses y no dejes la moto conectada durante largos periodos de tiempo cuando complete la carga, ya que la sobrecarga merma el rendimiento de la batería. Te recomendamos esperar unos 30 minutos después de cada carga antes de volver a utilizarlo.
- No expongas la batería a temperaturas muy elevadas. Evita dejar la moto aparcada al sol, especialmente en verano.
- Deja siempre la batería entre el 50 y 70 por ciento si vas a dejar la moto inactiva un tiempo.
- Si tu scooter eléctrico tiene modos de conducción deportivos, no abuses de ellos. La mayor entrega de energía en periodos prolongados puede provocar sobrecalentamientos y pérdida de rendimiento.
Revisiones y cuidados de las motos eléctricas
Como ya te hemos dicho, el mantenimiento de una moto eléctrica es mucho más sencillo que el de una moto convencional, al no requerir cambios de aceite, sustitución de correas y carecer de otras piezas de desgaste. Por tanto, el mantenimiento se limita, además de la batería, a la limpieza del vehículo, el cuidado de los frenos y las suspensiones y el cambio de los neumáticos.
Tareas muy básicas y que no conllevan un gasto muy elevado, algo que tu bolsillo agradecerá. Es cierto que una moto eléctrica es más cara que una convencional de potencia equivalente, pero a cambio el coste de mantenimiento es mucho menor y te olvidas de visitar la gasolinera.
El único punto en común entre una moto eléctrica y otra de motor térmico son los neumáticos, cuyo estado hay que controlar periódicamente y reemplazarlos cuando estén gastados. También deberás vigilar los amortiguadores, los discos y las pastillas de freno. No obstante, una revisión anual es suficiente para controlar que todo está en orden.
¿Y qué pasa con la ITV?
Las motos eléctricas deben pasar la correspondiente inspección técnica, igual que cualquier vehículo motorizado, a diferencia de los vehículos con motor térmico, los eléctricos no tienen que pasar las pruebas de ruido y gases, lógicamente. Por ello, el precio por pasar la ITV es menor.
Los primeros cuatro años, desde que compras y matrículas tu moto eléctrica, no debes acudir a la ITV. Tres años si se trata de un ciclomotor (equivalente a 50cc). Una vez que realices la primera inspección técnica, tendrás que volver cada dos años.
Costes de mantenimiento de una moto eléctrica
Y, llegados a este punto ¿cuánto cuesta mantener una moto eléctrica? El coste y periodicidad de la revisión de los diferentes componentes varía según el tipo de moto. Otros aspectos, como los neumáticos o los frenos, son iguales que en las motos tradicionales. El hecho de tener menos piezas que mantener hace que también tengas que dedicar menos tiempo a hacer revisiones.
Por otro lado, las motos eléctricas se benefician de una serie de bonificaciones fiscales, ya que la normativa vigente libera a los vehículos eléctricos, motos y ciclomotores de cilindrada inferior a 250 cc, del pago del impuesto de matriculación, exceptuando los cuadriciclos. A esto hay que añadir los ayuntamientos que ofrecen importantes descuentos en el impuesto de circulación.
A esto hay que sumar el factor ecológico: al carecer de combustible, no emite partículas nocivas por un tubo de escape y las reparaciones que tengas que hacer serán también más limpias.
Podemos decir que la compra de una moto eléctrica trae implícita muchas ventajas. El mantenimiento es mucho más simple y, por tanto, barato que en una moto convencional, ya que hay menos componentes que mantener. Y, al ser eléctrica, te olvidas de repostar gasolina. Además, no pagas impuesto de matriculación, tienes bonificaciones en el impuesto de circulación y la ITV es más barata.
El elemento más importante y al que debes prestar especial atención es la batería. Pero si sigues los consejos que te hemos dado, no tendrás de qué preocuparte. Por nuestra parte, hemos calculado que el ahorro anual es de unos 500€ aproximadamente, incluyendo el cambio de batería cada 3 años.