rentabilidad de los vehiculos electricos para empresas

¿Es rentable utilizar vehículos eléctricos en una empresa?

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La electrificación de la industria de la automoción es ya imparable. La Unión Europea se ha fijado el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 55 por ciento en 2030 y, para lograrlo, es fundamental extender el uso del coche eléctrico. Sin embargo, sigue habiendo muchas dudas sobre la viabilidad del coche eléctrico, sobre todo, a nivel empresarial.

Cada vez hay más empresas que apuestan por la movilidad eléctrica como forma de optimizar sus costes energéticos. En el siguiente artículo, vamos a analizar si es rentable utilizar vehículos eléctricos en una empresa. Para ello, nos vamos a basar en el estudio de Creara, la consultoría internacional especializada en eficiencia energética.

Ventajas de usar vehículos eléctricos en empresas

El uso de vehículos eléctricos supone una interesante oportunidad para las empresas, porque les permite, por un lado, reducir gastos y emisiones relacionadas con el transporte y, por otro, mejorar su imagen corporativa y el grado de satisfacción, tanto de sus empleados como de los clientes y proveedores.

Estas son las principales ventajas para las empresas:

  • Medioambientales: reducir las emisiones en distintos alcances, según el nivel de implementación. En general, un coche eléctrico emite un 53 por ciento menos de CO2 que un coche con motor de combustión.
  • Por otro lado, los vehículos cero emisiones no tienen ningún tipo de restricciones para acceder a los centros de las ciudades, gozan de plazas de parking privados, pueden circular por carriles Bus, etc.
  • Económicos y operativos: costes directos del vehículo, como el combustible y el mantenimiento, mucho más económico en un coche eléctrico.
  • Otros: mejora la imagen de la empresa y aumenta la fidelidad de los clientes y empleados. Además, puede suponer una nueva vía de ingresos, dependiendo del modelo de negocio.

Puntos de recarga habituales

A continuación, te mostramos los puntos de recarga más habituales para los coches eléctricos:

  • Carga vinculada: se asocia a desplazamientos rutinarios y suelen ser puntos situados en domicilios o lugar de trabajo. El vehículo suele pasar muchas horas estacionado, donde se carga todos o casi todos los días al cien por cien de su capacidad.
  • Carga Destino/Oportunidad: puntos situados en lugares que se visitan ocasionalmente. La rotación de vehículos suele ser alta, luego la velocidad de carga también ha de serlo para resultar de utilidad.
  • Carga para flota: requiere de soluciones de recarga planificada y adaptada a las operaciones que realiza dicha flota. Vehículos utilizados en repartos, asistencia, transporte de viajeros…
  • Carga lenta: generalmente, está en el ámbito doméstico, y utiliza corriente monofásica a 230V con una intensidad de 16 A. La potencia que demanda el vehículo es 3,7 kW, por lo que el tiempo de carga del vehículo es de ocho horas.
  • Carga semi rápida: en este caso, la corriente puede ser monofásica o trifásica. Con monofásica a 230 V y 32 A, la potencia demandada por el vehículo es de 7,4 kW y el tiempo para cargar el vehículo completamente sería de unas cuatro horas.
  • Con trifásica, las intensidades habituales son de 16 A a 400 V (demandando una potencia de 11 kW) y de 32 A a 400 V (con una potencia demandada por el vehículo de 22 kW). Los tiempos de recarga son de tres horas, en el caso de 16A, y menos de una hora con corriente a 32 A.
  • Carga rápida: utiliza corriente continua y requiere de un conector CHAdeMo o CCS Combo. Puede trabajar con corriente de hasta 400 A y, normalmente, demanda 50 kW, lo que permite cargar el 80 por ciento de la batería en una media hora. Es un tipo de recarga habitual en la vía pública o en electrolineras.
  • Carga super rápida: demanda el doble de potencia que la carga rápida, lo que supone una importante reducción de tiempo de carga. En la actualidad lo utilizan vehículos como Tesla.
  • Carga ultra rápida: se encuentra, por ahora, en fase experimental y se realiza a más de 50 kW, pudiendo llegar hasta 150 kW.

¿Es rentable usar vehículos eléctricos en empresas?

Llegados a este punto, podemos preguntarnos: ¿es o no rentable utilizar vehículos eléctricos en una empresa? Pues la respuesta es depende: según varios factores, como el kilometraje, el tipo de vehículo que utilice, el número de desplazamientos diarios y un largo etcétera.

No obstante, como señala la consultora Creara, para una empresa, sustituir la flota de vehículos con motor térmico por vehículos eléctricos es rentable si realizan más de 12.000 kilómetros al año. En cualquier caso, para medir la rentabilidad, conviene tener en cuenta las siguientes variables:

  • Cuánto cuesta un punto de recarga de empresa: varía en función de parámetros como la velocidad requerida para la carga, distancia a cablear, si es necesario realizar obra civil para enterrar cables, etc.
  • Cómo afecta la recarga de vehículos eléctricos al consumo: un edificio comercial o industrial suele contratar una potencia en función de la potencia demandada. Esa potencia contratada es uno de los principales costes en la factura eléctrica. La implantación del vehículo eléctrico, especialmente si se instalan puntos de recarga rápida y dicha carga se realiza durante el día, incrementará la potencia demandada en las horas de mayor consumo.

Por ello, es conveniente realizar previamente un estudio de cargas para conocer las implicaciones y calcular los costes de incorporar infraestructura de movilidad eléctrica en un emplazamiento empresarial.

Por otra parte, también es posible generar la electricidad que consume el vehículo eléctrico de manera sostenible, mediante paneles solares, si bien la electricidad que se genera con el espacio equivalente a una plaza de garaje no cubriría toda la demanda del vehículo.

Financiación y ayudas económicas

Para que una empresa pueda disponer de una flota de vehículos eléctricos, así como de una infraestructura de puntos de recarga, es necesario establecer un plan de financiación y planteamiento del modelo de negocio.

Por otra parte, además de trazar un plan de financiación, existen una serie de ayudas económicas que facilitan esa transformación hacia una flota electrificada de vehículos, como el Plan MOVES III.

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Como hemos visto, contar con una flota de coches eléctricos aporta numerosas ventajas para una empresa, en cuanto a la imagen que se tiene de ella y en cuanto a reducción de emisiones y costes. Pero es necesario analizar previamente qué tipo de empresa es, modelo de negocio, número de vehículos, kilómetros anuales y muchas otras variables. Para algunas empresas será rentable y, para otras, no tanto.